Pensar en viñetas
Jorge Carrión
26 enero 2017
En este cambio de siglo se han normalizado la producción y la lectura de novelas gráficas, es decir, de libros que usan la ilustración y el cómic para contar historias con la ambición y la longitud de una novela. Historias tanto ficcionales como autobiográficas o periodísticas. O incluso historias no necesariamente narrativas, sino ensayísticas. Pensar en imágenes, pensar en viñetas, pensar visualmente: el ser humano lo ha hecho siempre, pero ahora la comunidad creativa y la industria editorial coinciden en la importancia de desarrollar el potencial de esos lenguajes mestizos.
Je me souviens – Beyrouth (2008), Zeina Abirached.
En K17 reunimos a cuatro de los máximos exponentes internacionales de la novela gráfica, que han trabajado particularmente las relaciones entre lo documental y la ficción, mediante arquitecturas narrativas complejas, con la voluntad de pensar en serio y con una gran imaginación visual. La israelí Rutu Modan ha partido en sus dos obras más conocidas, Metralla y La propiedad, de situaciones reales de signo muy distinto: mientras que en la primera aborda el conflicto palestino-israelí, en la segunda reconstruye una historia sentimental a partir de actores y actrices reales, que encarnan a los personajes que ella previamente ha imaginado, para que los pueda dibujar. Por su parte, la libanesa Zeina Abirached, cuya poética aborda siempre los lazos entre Europa y Oriente Próximo, elabora en su novela gráfica más importante, El piano oriental, las aventuras de su bisabuelo, que inventó un piano capaz de interpretar tanto partituras orientales como occidentales. En su último título, La casa, el español Paco Roca también ficcionaliza a un pariente (su padre); mientras que en su obra anterior, Los surcos del azar, ideó un sofisticado artefacto narrativo para contar la epopeya tragicómica de la Nueve, la compañía de soldados republicanos que liberó París. Y, por último, en su obra en marcha Manifiesto incierto, el francés Frédéric Pajak está hibridando ensayo cultural y autobiografía, texto y dibujo, para encontrar en autores como Cesare Pavese o Walter Benjamin faros que iluminen nuestro mundo.
Los une el interés por la memoria y por el extinto siglo XX. El arte gráfico al máximo nivel. Y el reconocimiento internacional. Ahora ya solo falta escucharlos.
