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Periodismo, literatura y nuevos medios

Eva Rexach (Equipo K)

03 febrero 2015

¿Qué tienen en común Jon Lee Anderson y Martín Caparrós con Gay Talese y Truman Capote? ¿Son mejores las historias gracias al periodismo de datos? ¿De qué manera la literatura convierte en obras maestras los hechos contemporáneos? Periodismo XXI intentará dar respuesta a estas preguntas.

Dicen los entendidos que este artículo de Gay Talese, Frank Sinatra has a cold, es no solo la mejor semblanza de La Voz, sino además uno de los mejores que se han escrito nunca sobre lo que hoy llamaríamos una celebrity. También se dice que A sangre fría de Truman Capote es una obra maestra del periodismo de no ficción. Y si ponemos la lupa en algo no tan lejano, nos atreveríamos a decir que El maestro Juan Martínez que estuvo allí, de Manuel Chaves Nogales, podría ser la mejor crónica que se ha escrito en lengua española sobre las atrocidades de la Revolución de Octubre.

Sirvan estos tres ejemplos para ilustrar tres maneras de hacer periodismo sobre temas narrados hasta el hastío: la biografía de una celebridad, un asesinato y un acontecimiento histórico. Sin duda, el punto de vista y el talento son dos de los ingredientes básicos para que un texto destaque respecto a los demás. Pero hay otros dos que no son tampoco despreciables: la cercanía y la empatía con el personaje, o con el tema.

A estos ingredientes, el nuevo siglo les suma otro: los datos. Ahora más que nunca, el periodismo de datos puede ser lo que marca la diferencia entre una historia y otra. O, mejor dicho, es la manera de narrar este hecho con los datos lo que lo distingue de los demás.

Artículos amplificados

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El proyecto dedicado a Tunnel Creek

En febrero de 2012, una avalancha atrapó a varios esquiadores en Tunnel Creek (Washington). Lo que estaba llamado a ser una breve noticia entre muchas otras, se convirtió en un asombroso reportaje multimedia que amplificaba la información para ofrecer todos los puntos de vista y todos los datos sobre el trágico suceso. John Branch, el reportero del New York Times responsable del texto, conseguía así que su noticia destacara por encima de las demás gracias a este novedoso tratamiento de la información.

Desde ese primer ejemplo (que de hecho no fue el primero, pero tal vez sí el que marcó un punto y aparte), han aparecido muchos otros. La revista musical Pitchfork dedicó un extenso reportaje a la compositora Bat for Lashes, Glitter in the dark, con un planteamiento multimedia en el que las imágenes «cobraban vida» a medida que se avanzaba por la página, y que incluía una lista de reproducción para ir escuchando su música a medida que se leía. El canal Historia presentó, con motivo del aniversario del Día D, una espectacular web en la que las animaciones en 3D de las distintas batallas se mezclaban con testimonios reales de los soldados, descripciones de las armas utilizadas y mapas interactivos. Y en otra ocasión, el periódico británico The Guardian creó una historia de los disturbios de Londres de 2011 a partir de los rumores que se originaron en Twitter.

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The Guardian ilustró así los rumores de Londres

The Guardian fue de los primeros periódicos en papel en desarrollar una estrategia interactiva para aumentar los contenidos y añadir información a las noticias publicadas. El diario Ara, en cambio, ya nació en plena era digital y contó desde el principio con un departamento de interactivos desde donde se elaboran artículos multimedia como este, dedicado a las crisis en Europa.

Precisamente Carles Capdevila, director del Ara y uno de los impulsores de este nuevo modelo de periodismo, más habituado a lo digital que a lo analógico, será uno de los invitados a Kosmopolis 15, como parte de la programación dedicada al Periodismo XXI. Nos dará Siete motivos para creer en un gran futuro del periodismo. Los datos, la tecnología, los nuevos lenguajes de programación, la explosión de las redes sociales y la interactividad definen en este tiempo un periodismo que, ahora más que nunca, es una obligación social y un reto para evitar la infoxicación.

Y para poner en claro algunos conceptos y descubrir nuevas herramientas de publicación digital, el Bookcamp Kosmopolis, que celebra su cuarta edición, también estará dedicado al periodismo. De los webdocs a los audiovisuales interactivos, un taller para construir narrativas digitales en línea dará algunas pistas de hasta dónde se puede llegar. Una mesa redonda sobre nuevas narrativas en línea contará con expertos de medios de comunicación que trabajan con las tecnologías y, finalmente, otro debate servirá para hablar de los nuevos prescriptores: blogueros, booktubers e influencers de varias disciplinas.

Periodismo con datos y con literatura

Si Gay Talese hubiera escrito su artículo hoy, podría haberlo convertido en un reportaje multimedia en el que, mientras se leyera el texto, se pudieran escuchar canciones de Sinatra o ver vídeos en YouTube. Aparecerían las imágenes de sus romances, fragmentos de sus películas e incluso podríamos conocer la historia del bar de Beverly Hills donde se desarrolla la entrevista o el árbol genealógico de los ancestros sicilianos de Sinatra.

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Chaves Nogales escribió este libro en 1934

En cambio, Truman Capote podría haber ilustrado su reportaje con las cartas de los asesinos de los Clutter, o con un infográfico de la casa donde ocurrieron los hechos y detalles sobre Holcomb (Kansas), para poner en contexto la historia. Y Manuel Chaves Nogales habría usado fragmentos de las actuaciones de Juan Martínez y fotografías del Moscú de antes y después de la Revolución, y podría haber añadido una banda sonora, la extraordinaria Cantata para el 20 aniversario de la Revolución Rusa que compuso Prokofiev en 1936.

Sin embargo, estos tres textos funcionan por sí solos sin ningún añadido contemporáneo. Por ello son tres cumbres de un estilo de periodismo, el literario, o nuevo periodismo, que hoy en día no solo tiene aún vigencia, sino que cuenta con notables referentes. Ryszard Kapuściński fue uno de ellos, y Jon Lee Anderson y Martín Caparrós son otros dos ejemplos. Ambos estarán en Kosmopolis 15, y Kapuściński nos dio una lección magistral en la primera edición del festival.

Jon Lee Anderson empezó su carrera en un periódico de Perú, The Lima Times, donde escribía sobre política y asuntos latinoamericanos, pero son sus crónicas de las guerras contemporáneas, publicadas en The New Yorker, las que le han dado más fama. De Iraq a Afganistán, de Angola a Somalia, Lee Anderson ha cubierto los acontecimientos más conflictivos del planeta, pero también ha escrito semblanzas de políticos y personajes de primer orden, desde Hugo Chávez hasta el rey Juan Carlos I, pasando por Saddam Hussein, Gabriel García Márquez y Augusto Pinochet. A raíz de su último libro, Che Guevara: una vida revolucionaria, participó como asesor en la película sobre el líder revolucionario que realizó Steven Soderberg.

Martín Caparrós también es un experto en desarrollar historias a partir de la actualidad. El hambre, su último libro, traza un recorrido por la historia de la falta de comida en el mundo. «De la Bolsa de Chicago a las fábricas de Bangladesh, de los hospitales de Níger a los basurales de Buenos Aires, de la guerra civil de Sudán del Sur a las explotaciones chinas en Madagascar, del moritorio de la Madre Teresa de Calcuta a los morideros suburbanos de Mumbai –escribe Caparrós en este avance—, me pasé años recorriendo la geografía del hambre para contar y analizar la mayor vergüenza de nuestra civilización: que cientos de millones de personas no coman lo suficiente en un planeta que produce alimento de sobra para todos.»    

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Jornadas de Periodismo de datos

Anderson y Caparrós dialogarán sobre Las guerras y el hambre e intentarán explicar cómo se cuenta una guerra y cómo se consigue que un conflicto lejano se nos vuelva algo propio. Y también tratarán de cómo la literatura puede ser la mejor herramienta para intentar entender por qué la humanidad sigue tropezando una y otra vez en las mismas piedras: la incapacidad para alcanzar la paz y terminar con la hambruna crónica en determinadas zonas del planeta.

La unión entre la historia del hambre que cuenta Caparrós y los datos de los que hablábamos más arriba se concretará en el Primer hackatón Kosmopolis de periodismo de datos, una propuesta innovadora que continúa con las jornadas de periodismo de datos que se han organizado en el CCCBLab para ir un poco más allá. Varios programadores trabajaron durante dos días para desarrollar una herramienta que permita trabajar cifras sobre hambrunas y guerras desde múltiples fuentes. En Kosmopolis veremos los resultados.

La guerra, pues, vuelve a Kosmopolis; el tema ya había sido tratado en 2004 con David Rieff, Amos Oz, Ismail Kadaré y Mario Vargas Llosa, entre otros. Y los invitados en Periodismo XXI toman el relevo de Dan Gillmor, Amira Hass y Carles Porta, que participaron en la edición de 2008 para abordar, en aquel caso, la crisis del periodismo corporativo y el impacto de los nuevos medios. Satisface poder decir que en la edición de este año al menos le vemos un futuro.