Estamos en una embarcación: quizás un laúd, un velero, una balsa o una canoa. La cuestión es que estamos en alta mar, y no tenemos carta náutica, ni un sextante para medir la altura de los astros. Tampoco brújulas ni ningún otro instrumento para orientarnos más allá de la palabra. He aquí el reto: dejarse llevar por las mareas, que es lo mismo que decir saber deslizarse entre las olas y guiarse por la voz de músicos y poetas. Hacer para no naufragar, llegar a puerto y, entonces sí, mirar el mar con otros ojos. Con ojos de sal.
Anna Ferrer, Clara Fiol, Niño de Elche, Nil Ciuró y las voces de varios poetas catalanes se encuentran para ofrecer tres actos, tres movimientos, tres mareas independientes que, juntas, proponen un viaje en barco hacia los versos que han sabido llevar el mar a un poemario.
Actividad comisariada por Mireia Calafell.