La repentina muerte del escritor W. G. Sebald en diciembre de 2001 sorprendió al panorama literario internacional, que ya tenía los ojos puestos en una figura que aglutinaba los grandes temas del siglo XX. La vocación europeísta, la conciencia metaviajera, el agonismo anti moral, las secuelas de la guerra, el trabajo del autor, la erudición, la mezcla de registros y géneros, la historia y la memoria personal y la devoción por el archivo parecían darle total pertinencia.