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Cinco «momentos cruciales» en la vida de W. G. Sebald

23 .02 .2015 - Mark M. Anderson

La vida y la obra de W.G. Sebald confrontan a cualquier biógrafo con la ficcionalización deliberada de los acontecimientos cotidianos de la biografía de este autor, un tema constante en su escritura posmoderna, semidocumental y autobiográfica. En el siguiente texto se describen cinco acontecimientos clave tanto en su vida interior como exterior, que van desde los bombardeos de Alemania en el momento de su nacimiento, o la relación con su padre y su abuelo materno; hasta su emigración, pasando por un hecho biográfico clave para el inicio de su actividad literaria.

[Traducido por Bernat Pujadas Uriach] 

"Pues la realidad, como sabemos, siempre es diferente a todo". W. G. Sebald. Vértigo.
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Retrato de W.G. Sebald / Jan Peter Tripp

Todo autor que aspire a biografiar a W. G. Sebald debe enfrentarse a la ficcionalización que el Sebald autor llevó a cabo con la vida del Sebald narrador/personaje que aparece en sus obras literarias. Fechas de nacimiento, de defunción, su empleo, la publicación de sus libros y otros acontecimientos ciertamente son trascendentales en la vida empírica de W. G. Sebald, pero no en su biografía interior y subjetiva, que sin duda es más interesante para sus lectores. Sin embargo, ¿cómo se puede distinguir entre hecho biográfico e invención? El propio Sebald convirtió deliberadamente esta distinción en una tarea difícil, si no imposible: aparentemente sus narradores reflejan su vida real de profesor/escritor nacido en Alemania y residente en Inglaterra, pero sus libros no hacen ninguna referencia a, por ejemplo, su vida familiar con una esposa y una hija. El Sebald narrador siempre está solo, es el outsider y caminante por antonomasia; el Sebald autor, no tanto. A continuación desgrano una lista de cinco de los acontecimientos más importantes en la vida de W.G. Sebald, empezando por uno que tiene lugar incluso antes de su nacimiento. Los primeros tres acontecimientos pertenecen directamente al ámbito de la biografía interior parcialmente inventada del narrador sebaldiano. Los dos últimos –de momentos muy posteriores de su vida– tienen una validez histórica relacionada con su posición generacional en la Alemania de la posguerra.

1) La guerra aérea contra Alemania 

La noche del 28 de agosto de 1943, 528 aviones aliados bombardean la ciudad de Núremberg. Rose Sebald, de soltera Egelhofer, se halla de vuelta a casa después de visitar a su marido –en aquel entonces oficial de la Wehrmacht– en Bamberg. Solo puede llegar a Fürth, desde donde ve Núremberg en llamas; poco después se da cuenta de que está embarazada. Nacido ocho meses después, el 18 de mayo de 1944, Sebald se crió en el pueblo de su madre, al pie de los Alpes, en el suroeste de Baviera, cerca de las fronteras austriaca y suiza. Aquel lugar bucólico no fue nunca bombardeado, de manera que Sebald se crió sin ninguna noción de destrucción. Pero para el narrador de Del natural, en el momento en que Rose Sebald se gira para mirar la destrucción de las instalaciones donde se celebraban los congresos del partido nazi, se crea un vínculo personal directo del narrador con esta destrucción casi bíblica, «como si yo ya lo hubiese visto todo antes», escribe. Los bombardeos de Alemania turbarán su vida adulta y prácticamente toda su ficción. Irónicamente, Sebald vivió casi treinta años en la costa nororiental de Inglaterra, a poca distancia del lugar donde los aviones ingleses iniciaban sus ataques aéreos contra Alemania.

2) Padres ajenos 

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Monumento Soldado Wertach / SEBALDIANA [cc]

A finales de enero o principios de febrero de 1947, Sebald todavía no tiene ni tres años cuando su familia viaja a Memmingen para recibir a Georg Sebald, liberado recientemente de un campo de prisioneros de guerra en Francia. Es un momento arquetípico en la vida de las familias alemanas que tendrá lugar desde el fin de la guerra hasta 1956, cuando finalmente se pone en libertad a los últimos prisioneros alemanes de su confinamiento soviético. El padre que regresa, objeto de muchos recuerdos familiares y de una gran idealización durante su ausencia, brinda en realidad una serie de contradicciones inquietantes a sus hijos: depauperado moral y físicamente (pesa menos de cincuenta kilos), pero autoritario y exigente; el usurpador severo en un universo familiar hasta entonces encabezado benévolamente por su madre, su hermana mayor Gertrud y sus complacientes abuelos maternos, Josef y Theresa Egelhofer. El hijo menor, Winfried, nunca perdonará a su padre. La relación fracturada con Georg Sebald, nombre que su hijo comparte pero que desterrará relegándolo a una inicial («W. G.» = Winfried Georg), inducirá las decisiones más importantes de su vida y será un catalizador oculto para su producción literaria.

3) El filósofo natural

El padre «auténtico» o elegido de Sebald fue su abuelo Josef Egelhofer, que ejerció de policía rural en el pueblo de Wertach desde principios del siglo XX hasta que se jubiló, en los años treinta. Hombre –por lo que la gente explica– sensible, afable y gracioso, no recibió mucha educación formal, pero era inteligente y curioso, sobre todo con el mundo físico que le rodeaba. Gertrud Sebald dice que es un Naturphilosoph o filósofo natural. El Egelhofer jubilado, cuya profesión le había llevado a patrullar los alrededores a pie, se llevaba a su nieto a hacer largas caminatas y le daba a conocer las flores y las hierbas, la meteorología y la geología de las montañas, pero también los habitantes del pueblo, ya que conocía muy bien sus historias vitales. Él es el primer y más querido mentor de Sebald, un rol que se vio reforzado por la ausencia de su yerno, Georg, que trabajaba en una población vecina y hasta 1952 volvía a casa sólo los fines de semana. Egelhofer murió en abril de 1956, por la noche, durante una gran tormenta de nieve, unos meses antes de que su nieto finalizara la educación primaria. Su muerte dejará quizá la impronta más importante de entre todos los acontecimientos del paisaje interior de Sebald. Su primera novela, escrita durante sus estudios universitarios pero nunca publicada, gira en torno a la larga descripción del funeral y el entierro de su abuelo. Pero la presencia de Egelhofer también puede notarse en las obras publicadas: en el vínculo reverencial entre los narradores jóvenes de Die Ausgewanderten (en castellano publicada con el título Los emigrados) y Austerlitz (publicada en castellano con el mismo título) y en figuras masculinas de mentores más viejos y más sabios como Henry Selwyn, Max Faber o Jacques Austerlitz, víctimas y supervivientes melancólicos de una catástrofe personal muy anterior.

4) Una vida en el extranjero 

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Mano de W.G. Sebald / Deutsches Literaturarchiv Marbach

El cambio de residencia de Friburgo de Brisgovia (en Alemania) a Friburgo (en Suiza) en octubre de 1965 marca su ruptura trascendental, si bien involuntaria, con Alemania y el inicio de su emigración, primero a Suiza y después a Inglaterra, donde vivirá hasta su muerte, en 2001. Dicho cambio no obedeció a un plan deliberado para emigrar: el traslado a la Friburgo suiza fue motivado por su deseo de huir del entorno rígido y moralmente comprometido del profesorado de la facultad de Filología Alemana de la Universidad de Friburgo, donde había estudiado inicialmente. También le brindó la oportunidad de estudiar sin tener que pagar un alquiler, sin el apoyo económico de su padre, ya que vivía en un piso con su querida hermana mayor Gertrud y el marido suizo de esta, Jean-Paul Aebischer. Durante su estancia en Friburgo, Sebald completa su licenciatura con mención de nueve meses de Francés (una lengua que apenas había estudiado antes), trabajando con un profesor vienés que se había opuesto a los nazis y había emigrado a Suiza antes de la guerra. Aquí empieza la conexión de Sebald con las víctimas y los exiliados de los nazis, conexión que continúa en relaciones importantes que establece en Inglaterra, donde habían encontrado refugio gran cantidad de judíos alemanes perseguidos. La estancia en Friburgo le enseñará lo que la vida puede ofrecer en un país y una lengua extranjeros en cuanto a la liberación y el alivio interiores de la carga de los crímenes de guerra de Alemania de su generación. Vivir entre no-alemanes le hizo ganar consciencia de aquella carga y a la vez se le hizo más ligera. La emigración formaba parte del ADN familiar. En los años veinte, los tres tíos y tías maternos de Sebald emigraron de Alemania a los Estados Unidos y permanecieron allí hasta su muerte; las dos hermanas de Sebald, Gertrud y Beate, se fueron a vivir a Suiza al principio de su vida y actualmente todavía viven allí. Pero la emigración también formaba parte de su herencia generacional como hijo nacido durante o justo después de la guerra, la generación que llegará a la mayoría de edad durante los años sesenta y, muy a menudo, buscará fortuna en el extranjero.

5) Donde todo comenzó

En invierno de 1983, mientras vivía en Norwich, en Inglaterra, Sebald recibió noticias de parte de su madre del suicidio de un maestro muy querido de la escuela primaria llamado Armin Müller. Rose le mandó recortes de periódico que informaban de su horripilante muerte –el maestro jubilado se había tumbado sobre las vías de tren en las afueras de Sonthofen– y gracias a aquellos recortes Sebald descubrió que Müller, sorprendentemente, había sido víctima de los nazis en los años treinta. Como nieto de abuelos judíos o una cuarta parte judío, en el periodo inicial del régimen nazi le prohibieron enseñar alemán a los niños, si bien en 1939, paradójicamente, la Wehrmacht le llamaría a filas aludiendo a sus tres cuartas partes de alemán y serviría a la patria durante seis años. El descubrimiento de Sebald de un ejemplo más de la conspiración de silencio perpetrada por padres y profesores sobre la verdadera implicación de su pueblo natal en la persecución nacionalsocialista le engendra emociones contradictorias: rabia porque de pequeño las figuras de autoridad cercanas le mintieron, pero también duelo culpable por un maestro querido, ya que, de repente se da cuenta de que nunca había entendido del todo la auténtica identidad de aquel maestro ni la persecución que había sufrido en el pasado. Las emociones mezcladas son un potente catalizador para su obra literaria y le llevan a escribir la historia Paul Bereyter, en Los emigrados. Esta historia, una de las más conmovedoras de Sebald, establece el modelo de su ficción, semidocumental y éticamente comprometida, que se convertirá en su rúbrica literaria.

Mark M. Anderson es autor de varios libros sobre Kafka (Kafka’s Clothes, Reading Kafka), y editor y traductor de escritores austriacos contemporáneos como Ingeborg Bachmann y Thomas Bernhard. Su trabajo se centra en el modernismo alemán, la literatura austriaca contemporánea y la teoría y la práctica de la traducción. Ofrece regularmente cursos sobre Cultura alemana-judía moderna desde 1750 hasta el presente; La idea de la música en la cultura alemana, y El exilio alemán durante el período nazi. En literatura comparada ha trabajado temas muy diversos como los Problemas del gótico, La materialidad del libro en la cultura occidental, y La identidad judía en Modern Cultura Europea en la Universidad de Columbia.

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